Improvisación y punk

El punk es formador de conciencias, en la juventud es el combustible de los hijos de las familias disfuncionales que no proporcionan paz, que no dan tregua. En fin, definir el punk es una intención pretenciosa; definir el punk, en este caso, es remitirse a recuerdos que vuelven en la inmadurez de la locura adulta. La fantasía es un atributo de los infantes, ¿que podría resultar del ir y venir de las aves del delirio en la edad madura? En este caso todo deviene en un sujeto perdido en el tiempo y el espacio; en un loco que funciona en el mundo de los cuerdos con un hálito de rebeldía para abrir nuevos caminos. Definir la locura es igual de pretencioso que definir el punk así que me remitiré a escribir sobre los atardeceres y las noches, sobre la lucha entre la decadencia y la revolución, de la lucha diaria entre esa ambigüedad que es el punk como totalidad, de esa ambigüedad que es la existencia humana. En unos predomina la muerte y el abismo les llama, en otros predomina la hoguera y la vida los abraza, otros vamos y venimos, otros recorremos el camino que es vivir muriendo y que es morir viviendo... ¿Conoces a Eskorbuto? sus canciones atraviesan la ambigüedad que describo. ¿Conoces a la Polla records? Son explosivos y rebeldes, borrachos y sinceros. En mi opinión ambas bandas son lo mejor que han parido los callejones de la música de los pobres. Los acordes incendirios y la tosquedad son el punk en mi accionar, más que nada lo segundo, ese sonido despreocupado y furioso, triste y feliz como es el día y la noche.